PUCV analiza los desafíos de la Ley 21.015 y su influencia en la transformación cultural de las organizaciones

La Dirección de Formación Continua de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) desarrolló la masterclass “Ley N°21.015 de Diversidad e Inclusión: El impacto en la cultura organizacional”, instancia que reunió a profesionales, líderes de recursos humanos y especialistas en gestión de personas para reflexionar sobre cómo esta normativa está redefiniendo las prácticas laborales en Chile.
Durante la sesión, los expositores abordaron el contexto de la Ley 21.015, que incentiva la inclusión laboral de personas con discapacidad, analizando su aplicación práctica en organizaciones públicas y privadas. Se discutieron los principales avances y desafíos que han surgido desde su promulgación, poniendo énfasis en el paso desde el cumplimiento normativo hacia una verdadera cultura inclusiva sustentada en la empatía, la equidad y el reconocimiento de la diversidad como un valor organizacional.
Asimismo, se revisaron estrategias efectivas para generar entornos laborales más accesibles y participativos, que promuevan el bienestar, la igualdad de oportunidades y la eliminación de barreras físicas, comunicacionales y actitudinales. Los participantes compartieron experiencias sobre procesos de inclusión exitosos y reflexionaron en torno a la importancia de un liderazgo consciente, que impulse el cambio desde la convicción más que desde la obligación.
El encuentro permitió evidenciar que la inclusión no se trata únicamente de integrar a nuevas personas, sino de transformar las estructuras y los imaginarios culturales de las instituciones. En ese sentido, la reflexión colectiva se centró en el rol de la formación continua como un motor clave para instalar capacidades de gestión inclusiva y construir entornos laborales más humanos y sostenibles.
A través de este tipo de iniciativas, la PUCV no solo busca actualizar conocimientos técnicos, sino también movilizar conciencia y acción, recordando que la educación es una herramienta para transformar la cultura organizacional. De esta forma, la universidad reafirma su compromiso con el desarrollo de profesionales capaces de liderar cambios reales, donde la inclusión sea un eje transversal del quehacer institucional y social.